En la conferencia de Emprendimiento Social en Harvard, EmprendeSocial tuvo la oportunidad de entrevistar a Bill Brayton, reconocido Fundador y CEO de Ashoka, sobre la importancia de medir impacto de un emprendimiento social.
Esperando oir una certificación la gravedad de la medición de impacto de una importancia social, fuimos sorprendidas por su respuesta. Bill nos respondió que a su parecer, los indicadores y protocolos usados para medir el “impacto” de un proyecto suelen distraer del vedadero esfuerzo de ejecutar bien un programa.
Bill continuo explicándonos que “no solo distraen pero no capturan el verdadero impacto que podrían tener estos proyectos en la comunidad.”
Entendí que su critica estaba dirigida a los tipos de indicadores que quizá son más que nada cuantitativos, como por ejemplo cuántos libros se compró para la escuela, o cuántos días ha incrementado la asistencia de niños a su colegio. “Estas son cosas que ignoran el verdadero y el más importante impacto de un proyecto,” comentó Bill.
Hoy en día, especialmente para iniciativas sociales que reciben apoyo de entidades con objetivos propios, varios emprendimientos sociales se ven obligados a poner mucho esfuerzo y recursos limitados a la disposición de sus fundadores. Todo por asegurarles que el dinero que están recibiendo de ellos esta siendo utilizado propiamente.
La pregunta que Bill nos hace es, ¿quién define qué es propiamente?
Por ejemplo, imaginemos una comunidad que esta participando en una iniciativa para concientizarse sobre la importancia de higiene y salud o para limpiar los alimentos previo a comerlos. La iniciativa, liderada por una joven emprendedora social de la comunidad misma, se ha comprometido a cambiar las costumbres de las 400 casas de la aldea en dos años. Sin embargo, después de ese tiempo y mucho esmero, no se ha logrado implementar costumbres higiénicas en todas las casas.
¿Debería valorarse este proyecto simplemente por no cumplir las metas trazadas?
Muchos dirían que este proyecto tiene un valor intrínsico, que es creado simplemente por los esfuerzos e iniciativas de la emprendedora social. Al servir de ejemplo ante la juventud de la comunidad y al lograr que, los jóvenes, a diferencia de los adultos, comprendan la importancia de la salud higiénica, ella aporta un valor que dificilmente se puede reflejar en indicadores cuantitativos.
Este es el valor de un emprendimiento social que Bill Drayton subraya en su ponencia en el último día de esta conferencia de Emprendimiento Social.
Ante esta observación marcada en nuestra conversación, le pregunté entonces cómo podriámos capturar este verdadero valor e impacto creado por los emprendimientos sociales e utilizarlo para hacerlos más sostenibles. Ante mi pesistencia, el me respondió – ¿acaso ese no es tu trabajo?
En un par de segundos, Bill Drayton puso en perspectiva el trabajo de EmprendeSocial a futuro, creando una cultura de emprendimiento social con sostenibilidad basada en impacto intrínseco.