Actuar en contra del cambio climático es una oportunidad multimillonaria para alcanzar un mejor crecimiento.
Para cumplir simultáneamente con los objetivos de incrementar los niveles de vida de la población, combatir la pobreza y reducir el riesgo climático, es necesario incrementar la escala y acelerar el ritmo de estos cambios, apoyados en la cooperación tanto entre naciones como entre el sector público y el privado.
Estas alianzas no se limitan a los gobiernos nacionales, incluyen tanto a ciudades como a empresas. Más aún, estas alianzas pueden estimular el crecimiento al expandir los mercados, reducir costos, difundir mejores prácticas y disminuir las preocupaciones en torno a la competitividad internacional. Es posible comenzar acelerando el desarrollo bajo en carbono que ya avanza en varias ciudades alrededor del mundo. Cerca de 80 ciudades se han comprometido ya a reducir sus emisiones, poniendo en práctica estrategias de desarrollo bajo en carbono y midiendo su impacto a través del Pacto de Alcaldes.
Algunas medidas clave como la inversión en transporte público masivo y la eficiencia energética en edificios nuevos podrían reducir emisiones de manera importante y al mismo tiempo generar ahorros por más de $17 billones (millones de millones) de dólares para 2050. Además, al tener ciudades más compactas, conectadas y coordinadas se puede incrementar la calidad de vida de la población, reduciendo la contaminación, el tráfico y las muertes por accidentes viales.
Los gobiernos también pueden mostrar su liderazgo estableciendo mecanismos de fijación de precios de carbono. Cuarenta países y 20 gobiernos subnacionales ya han adoptado o están planeando mecanismos de este tipo y 28 países están reformando sus subsidios a la energía. Estas medidas reducen las emisiones de gases de efecto invernadero e incrementan la eficiencia económica, y al mismo tiempo aumentan la disponibilidad de recursos públicos para otras áreas prioritarias como la salud, la educación y la innovación.
Por supuesto, los gobiernos no pueden enfrentar este reto solos; el sector privado puede y debe contribuir también. Establecer socios estratégicos para lograr ser compañías mas sustentables y de esta manera lograr las metas de sustentabilidad es uno de los mecanismos efectivos en el mundo empresarial. Resulta muy positivo ver cómo muchas empresas se han incorporado ya a la economía baja en carbono, ya que han reconocido que esto es mucho más benéfico tanto para su crecimiento como para sus utilidades que las alternativas altas en carbono.
Por ejemplo, un grupo que incluye a más de la mitad de las empresas en la lista del Fortune 100, las 100 empresas más grandes del mundo, ha indicado que de manera conjunta están ahorrando mas de mil millones de dólares anuales debido a iniciativas de reducción de emisiones. Grandes corporaciones que representan más del 90% del comercio mundial de aceite de palma se han comprometido a eliminar la deforestación de sus cadenas de suministros y más de mil de las mayores compañías e inversionistas han expresado su propósito de apoyar los mecanismos de fijación de precios de carbono.
Las alianzas público-privadas y los grupos empresariales como la Tropical Forest Alliance 2020 y el Consumer Goods Forum están liderando la innovación y transformando mercados en sectores y cadenas de valor claves. Por ello, no es sorpresa que el índice de empresas que están actuando de manera más decidida contra el cambio climático (CDP Climate Leadership Index) se ha desempeñado 9% mejor que el índice de las principales empresas mundiales (Bloomberg World Index), desde 2011.
Somos la primera generación que puede erradicar la pobreza extrema y posiblemente la última que puede combatir el cambio climático y garantizar el crecimiento económico sostenible. Juntos, podemos hacer lo correcto y asegurar un futuro seguro, prospero y sustentable.
Nota: Este artículo ha sido patrocinado por P&G, todas las opiniones y conclusiones expresadas aquí son propias del autor.