En oportunidad vamos a hablar de dos puntos importantes a tener en cuenta cuando se comienza un emprendimiento: el tiempo y nuestros miedos.
El tiempo
Todo proyecto que realmente valga la pena llevará tiempo. Debemos comprender que se deben pasar por diferentes procesos, desde adquirir experiencia en el rubro con el emprendimiento hasta aceptar los momentos naturales que demandan todo nuevo proyecto.
También tenemos que preguntarnos seriamente:
¿Cuánto tiempo estamos dispuestos a dedicar al proyecto a pesar de que por momentos estemos un poco sin las energías que poseíamos al principio?
Muchos proyectos quedan en el camino sólo porque los emprendedores desistieron en sus ilusiones de continuar antes de empezar a ver las ganancias. En promedio, suele suceder que se abandonen los proyectos en el segundo o tercer año después de iniciado. Los frutos de todo lo invertido quizás pueden tardar un poco más.
Vivimos en sociedades de la inmediatez, donde todo tiene que ser ahora, ya. Pero hay que tener en cuenta que: “Siempre lo urgente deja de lado lo importante”. En este caso, lo importante es definir correctamente los objetivos deseados y no decaer en el tiempo a pesar de las adversidades, porque muchas de ellas suelen ser pasajeras o con el tiempo aprendemos a superarlas.
Emprendedores sociales peruanos dan a conocer sus negocios frente a un jurado de lujo 😊
Nuestros miedos
Claramente existen dos tipos de miedos: los sociales y los personales. Ambos están intrínsecamente vinculados. En todas las sociedades se poseen miedos que son culturales y propios de un momento histórico determinado. Entre los que se pueden citar están el miedo a la soledad, la pobreza, las enfermedades, al otro, el más allá, entre otros. Cada sociedad interpreta estos miedos de un modo específico.
Por otra parte, cada persona posee miedos más íntimos que tienen que ver con su historia personal y sucesos de experiencias particulares.
Cuando comenzamos un proyecto ambos miedos se ponen en juego; sin embargo, lo que diferencia a los emprendedores exitosos es que, a pesar de convivir con sus miedos, los desean afrontar y continuamente los ponen en tensión para tratar de superarlos.
Entre los miedos más comunes entre los emprendedores se encuentran el miedo a equivocarse, a fracasar, a dar el primer paso, a vivir experiencia desconocidas que no sepan cómo superar.
Las historias de muchísimos emprendedores exitosos nos muestran cómo muchas veces las mayores limitaciones tienen que ver con nuestros límites mentales y no necesariamente con nuestra realidad o situación actual.
Lograr poder cambiar de perspectiva aquellas experiencias vividas como errores en aprendizajes necesarios es un síntoma de madurez y superación personal importante. Porque para encontrar la mejor forma de realizar algo a veces precisamos de varios intentos infructuosos que nos enseñan cómo no hacerlo.
Por último, el miedo más común en los emprendedores es a dar el primer paso. Se suelen encontrar un montón de justificativos para evitar comenzar a realizar nuestros sueños e incluso nos decimos: “aún no es el momento”, cuando es realidad nos dominan los fantasmas de la ansiedad, de la frustración de que no sea como lo soñamos o de la incertidumbre de no poder conocer el futuro. Identificar que emoción nos invade es un comienzo para superarlas.
En los próximos artículos dedicaremos uno completo a este punto.