Seguramente las personas interesadas el tema de microcrédito, deben haber leído el famoso libro El Precio de un Sueño” por David Bornstein, que trata sobre la historia de Muhammad Yunus y el banco Grameen. Este libro fue la inspiración de una joven mexicana que a su corta edad comenzó por interesarse por proyectos con orientación social, las actividades de las organizaciones no gubernamentales y los movimientos civiles sin violencia nacional e internacional para generar un cambio.
Magdaly Esther Santillanez Olivas (17), nacida en Guamúchil en el Estado de Sinaloa (México) es parte del Club de Ciencia de dicha escuela, Apoyo a Sobresalientes en el Estado de Sinaloa (ASES), Centro de Ciencias de Sinaloa y de MakeSense.
Ha desarrollado un proyecto llamado “Microévora” sobre Microcréditos a finales del 2009 con apoyo dela Preparatoriadónde estudia COBAES 21 y ASES (Apoyo a Sobresalientes en el Estado de Sinaloa), esta investigación científica consiste en comprender la relación del círculo vicioso de la pobreza con las personas así cómo la implementación de un programa piloto de microcréditos dirigido a las personas en pobreza extrema, dónde se han otorgado capacitaciones y un primer microcrédito.
Magdaly mencionó: “En Sinaloa existen microcréditos, pero no se basan en las ideas de Muhammad Yunus, no son para las personas en pobreza, ni los orientan, muy pocas actividades se realizan para empoderar al pobre, dónde ellos puedan ser autosuficientes sin ser parte de programas dónde les dan el dinero sin enseñar a pescar».
Como toda historia de exitosa, siempre hay obstáculos en el camino, y Magdaly nos contó que uno de estos fueron los recursos económicos necesarios para poner en marcha el proyecto y realizar actividades de difusión, sin embargo, cuando se presentó el proyecto a algunas empresas de iniciativa privada que son socialmente responsables y a otras personas, éstas realizaron aportaciones económicas y formaron parte de sus patrocinadores para crear consciencia en las personas. Otro obstáculo que atravesó fue las criticas de las personas, quienes observaron su idea en forma negativa o con desconfianza por no ser lo suficiente mayor de edad y por querer resolver algo de forma diferente de lo habitual; para todo ello tuvo que ser fuerte y persistente ante su visión que podría generar un gran cambio
La lección de esta joven demuestra es que a través de la ciencia se puede realizar investigaciones que permitan ayudar a crear un mejor entorno y cambiar los preceptos que se tiene para enfrentar los retos actuales desde innovadoras soluciones, dijó: “Quizás con nuestras acciones no podamos borrar un problema totalmente del planeta pero podemos contribuir a su solución, lo más importante es que seamos persistentes, cómo la historia de Muhammad Yunus, que 30 años después el Grameen Bank ha crecido y ayudado demasiado”. Se siente feliz porque realiza una labor por vocación e interés continuo por aprender más y contribuir en su localidad, piensa a futuro estudiar Economía, y tiene como pensamiento: «Pensar globalmente, para actuar localmente».
Twiter: @magdaly_esther
Más información: http://www.micro-evora.blogspot.com/
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