Guía Práctica para Jóvenes Agentes de Cambio

¿Tienes ganas e interés de empezar un proyecto en tu comunidad? Si este es el caso, quizás dudes por dónde empezar. Este post comparte seis  pasos útiles que te guiarán a crear el cambio que quieres. Estos fueron recolectados de  «Jovenes Agentes de Cambio Guia Practica»  publicada por  BID Juventud.

1 .FAMILIARÍZATE CON TU REALIDAD

Primero tienes que observar lo que existe en tu comunidad.  ¿Quien vive en ella, cuales son las instituciones que existen?  Mediante trabajo voluntario o participación activa en organizaciones, como centros comunitarios,  bibliotecas, iglesias, escuelas, cooperativas, te puedes dar cuenta de las realidades, necesidades y urgencias de cambio. Entérate del acontecer local leyendo los diarios, escuchando la radio o las noticias y observa la realidad política, social y económica de tu entorno. Al ver lo que te rodea también busca fuentes de inspiración que te lleven a la acción. Puedes ser inspirado y motivado por el compromiso de un líder comunitario, un empresario, un familiar o maestro, un proyecto, un recurso que sólo hay en tu comunidad, o la belleza de la naturaleza a tu alrededor.

2. IMAGÍNATE UN MUNDO MEJOR

Ser agente de cambio es ser un visionario, alguien que ve algo antes de que suceda o se convierta en realidad. Estos jóvenes no se quedan con lo negativo y la sensación de frustración, sino que se focalizan en detectar posibilidades para mejorar la realidad. Muchos agentes de cambio no tenían dinero, conocimientos técnicos, espacio, contactos o tiempo para empezar algo. Pero a pesar de todas las circunstancias y limitaciones, los agentes de cambio tienen algo en común: su situación actual no determina el tamaño de sus metas futuras ni la dimensión de sus sueños. Los agentes de cambio tienen un lenguaje más prometedor, dicen “sí se puede” más frecuentemente y toman el riesgo de actuar impulsados por sus sueños.

3. ENCUENTRA TU ESPACIO DE CAMBIO

Los agentes de cambio miran las necesidades de la comunidad, reafirman el compromiso con el bienestar común, de los ideales y valores personales y colectivos, y promueven alternativas desde sus habilidades, talentos e intereses y los de la comunidad. Esto abre un espacio de gestión y de cambio que genera poder de acción y beneficios para todos. Sus motivaciones vienen de sus:

  • Ideales —creación de empleo, vivienda— su tradición —rescate de culturas indígenas—
  • Valores —la conservación de la naturaleza, la protección de animales
  • Necesidades comunitarias —prevención de violencia, salud— y sobre todo su preocupación por crear oportunidades para ellos mismos y los demás.

4. COMPARTE Y CONGREGA A UN GRUPO

Se logra muy poco actuando solo, el aislamiento debilita mientras que la fuerza del grupo produce un impacto mucho mayor. Los agentes de cambio cuando tienen una idea, buscan a otros jóvenes o personas involucradas y las motivan a trabajar juntos. Entre los más interesados y las personas con más deseos de trabajar, se forma el equipo. Para solidificarse, el equipo necesita tener una misión y un compromiso común. Es el ideal compartido lo que los une a trabajar conjuntamente. El ser miembro de un equipo, los hace ser también líderes participativos. No en el sentido de ser los “jefes”, sino en ser impulsores de la participación de todos los involucrados. El agente de cambio influye y hace que otros descubran sus capacidades como líderes.

5. CREA UN PLAN DE ACCIÓN Y EJECÚTALO

Para que la idea se haga realidad debe responder a una necesidad real, pasar por un proceso participativo en el que todos aportan, planean y actúan para hacerla concreta. Los problemas que queremos resolver, a veces parecen insuperables y extremadamente complejos. Sin embargo, definir el reto de manera precisa y de ser necesario,  dividirlo en partes, nos ayuda a focalizar nuestras energías en iniciativas que están a nuestro alcance y generan cambios concretos.

6. REFLEXIONA Y EVALÚA EL IMPACTO

A medida que se va implementado el proyecto, es necesario reflexionar sistemáticamente si las actividades van alcanzando a los objetivos. Las actividades necesitan un seguimiento continuo para detectar qué funciona bien y qué necesita ciertos ajustes. Evaluación del proceso: Luego de cada actividad es necesario evaluar no sólo lo que se logró sino cómo se hizo. Es muy importante compartir el conocimiento en recomendaciones, para que la próxima vez se tome en cuenta lo que ha sido efectivo y lo que no ha dado muy buenos resultados. Para el constante mejoramiento de las intervenciones sociales es muy importante planear, actuar, evaluar y luego reincorporar lo aprendido a la acción.

Para obtener mas material de ayuda, ejemplos, herramientas, y testimonios accesa la guia completa.

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Publicado por Lorena Luna

Lorena es una joven profesionista apasionada por el emprendimiento social y desarrollo económico en países emergentes. Lorena ha trabajado en empresas sociales internacionales como VisionSpring. Actualmente trabaja para MakeSense en México D.F.

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